Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

Seguidores

sábado, 24 de noviembre de 2012

Sin salida.

Esa frustración de no saber cómo ayudarles, de saber que están acabados, que se han sentenciado a sí mismos. Que son imbéciles. Que se están haciendo daño. Pero en cualquier caso eso fue, es y será decisión suya.
Hablo de jóvenes de catorce, quince o dieciséis años que comienzan a salir sólo por el alcohol, a necesitar más un cigarro que un vaso de agua, a fumar maría para conseguir reír.
Hablo de esos padres que quizá podrían sospechar de sus hijos y parar esto, pero prefieren mirar hacia otro lado, engañarse a sí mismos, convertirse en ciegos con tal de no pensar que sus hijos están enfermos de adicción y podridos por dentro, que lo único que hacen es mirar el reloj para saber cuándo podrán por fin salir de clase y tomar esa calada que tanto necesitan para quitar esa sensación de estrés y nerviosismo que les invade por dentro. No, mi hijo no puede ser uno de tantos.

Y así vivimos, desechando la vida a nuestros pocos años, valorando cualquier cosa sin mayor importancia y destruyendo todo lo que sí debería tenerla. Tu familia, tu vida, tu salud mental y física. Tu coeficiente intelectual disminuye hasta ocho puntos, y jamás recuperarás esta pérdida de inteligencia aunque dejes de fumar hierba. Pero claro, si haces esto quizá no te importe tu inteligencia. Pero a los que estamos a tu alrededor, que la pierdas sí nos importa.
Estás borrando recuerdos de tu infancia, quemando tu capacidad autónoma de pensar y hacerlo bien, quitándote días de vida. Pero, con dieciséis años, a nadie le asusta un 'en un futuro, tendrás problemas'.

No les importa, pero demasiados se arrepiente cuando ese día llega.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Estamos en 2012.

Todas esas niñas que intentan evolucionar creando su propio retroceso en el que dan vueltas y vueltas y jamás avanzan. Las mismas medias, las mismas gorras. Los mismos grupos en los cascos, los mismos grupos en su camiseta. Hablan de la originalidad que no buscan y se creen que han conseguido. Dolor, ¿dolor de qué? A falta de problemas se los buscan y los hacen todavía mas grandes, necesitan hacer de su vida uno de sus programas de televisión. Y qué consiguen. Nada. Una vida todavía más vacía y ellas no se dan cuenta. Se creen que hablan del resto cuando simplemente están hablando de sí mismas. Se creen que llamarlas modernas es un insulto y de esta manera insultan al prójimo.
Pobre víctima de la sociedad, nadie te está insultando. Nadie te está señalando porque simplemente eres una oveja más del rebaño. Dilatación en la oreja, los labios rojos. Y a ti misma te llamas original. Si realmente quisieses dejar de fumar no habrías empezado. Vete y ahoga tus supuestas penas en alcohol y dile a mamá que vas a dormir a casa de una amiga. Sois modernas, pero creáis vuestro retraso y un retroceso de la humanidad en este siglo. Vaya ironía. 
Dinos lo malísimo que es Rajoy y tu opinión sobre estas cosas. Por favor, no tienes pérdida.
Vaya noche, ¿no? Qué morada.
La cosa está en reír y llorar por cualquier cosa e intentar aparentar que no estás perdida en la vida. 
Joder, vete al H&M a por una de Nirvana y dinos que tú, como siempre, fuiste la primera. ¿Cuántos años tienes, preciosa? 
La sociedad no es un asco, qué locura. La sociedad es puro teatro de comedia, nadie lo duda.