Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

Seguidores

domingo, 15 de diciembre de 2013

Haciendo café.

Demasiados detalles que estás pasando por alto merecen la pena, como cuando haces todo lo que tenías que hacer durante el día y te hace sentir bien eso de no tener nada por terminar. Cuando te dicen un espontáneo 'qué guapa estás hoy'. Cuando huele a palomitas o a café recién hecho. Cuando ríes o incluso lloras de la risa. Cuando algo te sale bien. Cuando, por fin, hoy te miras al espejo y te gusta lo que ves. Cuando te sientes alagada, admirada, tenida en cuenta, apreciada o querida. Cuando os sonreís mutuamente al hacer contacto visual. Cuando te compras ropa nueva, la estrenas y piensas que te sienta bien. Cuando el desánimo no te permite desplazarte a algún lugar, pero le vences y, finalmente allí, piensas que mereció la pena. Cuando viajas y conoces lugares nuevos. Cuando paseas, en compañía o a solas, y el ambiente es agradable. Cuando conoces personas nuevas que te impresionan y te aportan algo. Cuando te dicen que has despertado el interés de alguien. Cuando estás muerto de sed y bebes agua al llegar a casa. Cuando hace frío y se hace un chocolate espeso. Cuando en verano abres la nevera para beber agua fría, y en una cafetería con la calefacción puesta, te tomas un Cola-Cao en invierno. Cuando mantienes una conversación que merece la pena y te hace sentir que, simplemente, avanzas. Cuando el tiempo te permite dedicarte pausadamente a lo que te gusta. Cuando haces algo diferente. Cuando comes en un restaurante. Cuando recuerdas buenos momentos del pasado con alguien que está sentado a tu lado. Cuando ves fotos que reviven otras imágenes en tu cabeza. Cuando se pone el sol.

Supongo que es hora de tomarse este respiro. Mírate, es la vida la que te conduce a ti y no tú quien conduce tu vida. Has pasado por alto demasiadas situaciones que realmente tenían valor y estaban allí, esperando a que las miraras de otra forma.
Así que ríe y sonríe cuando la ocasión lo merezca (y no seas exigente en esto). Haz café y dedícate a lo que te haga sentir.
Creo que a mí me hace sentir esto y ya huele a cine a mi alrededor.
Es fácil mostrar una buena actitud, vas a tener problemas siempre, y siempre podrás hacerles frente de la mejor manera.
No pierdas el tiempo.Vive a cada respiración.
Empieza ahora.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Volver no existe.

Solíamos perdernos por los pueblos que nuestros padres nos llevaban a conocer, las dos familias que ahora ya no se llaman y sólo se mandan la felicitación de rigor por Navidad. En el coche, papá conducía y tú venías con nosotros para poder escucharme. Cuando bajábamos, yo convertía el escenario en el que caminábamos en un lugar totalmente distinto. Sentíamos como si hubiésemos entrado dentro de lo que un libro esconde.
Provocábamos los acontecimientos o nos creíamos que todo realmente pasaba. Si había que ver una estrella fugaz, la veíamos. Si teníamos que hablar otro idioma, lo hablábamos y creíamos que nos comprendíamos. Todo era ridículamente posible.
Nos turnábamos, yo contaba una parte de mi historia inventando sobre la marcha, creaba intriga y añadía un "continuará". Tú alababas mi facilidad para inquietarte con palabras, me preguntabas algo y esperabas impaciente a que mi turno volviese, pero también aprovechabas el tuyo. Lo que me gustaba de nosotras era cómo no nos dejábamos influenciar. Ahora todo es diferente, si no eres el más destacado en algo parece que no merece la pena que abras la boca. Vivimos hundidos en un mar de críticas, atravesados por miradas juiciosas que no nos dejan respirar.
Echo de menos nuestras historias, ya no puedo improvisar de esa manera. Me siento obligada a pensar cada palabra. Me siento juzgada a cada momento y me limitan, no sé quiénes, pero lo hacen. Con la edad perfeccionas tu capacidad para expresarte, pero no te lo permiten. ¿A caso es superable la honestidad con la que un niño se expresa? Tú y yo podíamos decirlo todo y ahora ya no siento eso, ya no me siento así.
Noto que todo son problemas, cargas. Que siempre voy a tener algo de lo que preocuparme. Que ahora me obsesiona mi físico. Que Internet me está jodiendo la creatividad. Que las personas me hacen sentir demasiado y no me sienta bien.
Ya nada se parece a nosotras, a nuestro "nunca voy a maquillarme", "nunca voy a beber" como los actuales "no voy a dejar de quererte". Todo es tan frágil que ni si quiera sé por qué estoy perdiendo el tiempo con esto, si también se enterrará solo.
Y es que ya nadie me escucha como tú lo hacías. Ahora mis historias han cambiado mucho, sólo me como la cabeza y parece que quiero sentenciar la felicidad de todo el mundo. Parece que quiero bajar el ánimo por defecto en vez de inventar algo que pueda enganchar. Y lo siento, siento haber cambiado tanto porque si de alguna manera me sigues escuchando, si los recuerdos también te han atormentado como han hecho conmigo... Entonces quiero que sepas que yo también querría volver.
Quizá ya no sea tan espontánea como antes, pero sigo imaginando. Y no me imagino un futuro sin que todo vuelve a cambiar, a sorprendernos, volviéndonos a quejar de que un día todo fue diferente y éramos mucho más dóciles de lo que ahora somos.