Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
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domingo, 26 de enero de 2014

El paradigma educativo y mi egoísmo paradójico.

Me pregunto por qué un término tan complicado para algo que debería ser entendido por todo individuo que forme parte de este mundo.
Opino que una gran parte de nuestras vidas se basa en la educación que recibimos. Hace años yo no veía otra salida, así que me acostumbré a aquello: escuchar, escribir, estudiar, preocuparme. Necesitaba invertir mi tiempo en algo y no existían otras opciones, simplemente era la única dirección posible y lo comprendo, comprendo que tuviese que ser así.
Ahora tengo casi diecisiete y me dedico a pensar en mí en cada clase, porque todo lo demás no me importa a las nueve de la mañana.
La realidad es que estoy aquí, apreciando este momento tan maravilloso en el que el libro de historia me interesa menos que la vida del vecino, la lluvia cae estropeando cualquier plan ajeno y me hace sentir un poco mejor. Tan sólo estoy hablando de esto, de si está mal que esté reflexionando en vez de estudiar el liberalismo.
El estudio desmoralizador que practico activa cierta creatividad en mi cerebro y hoy me he dejado llevar por la idea de crear un horario con las clases que querría tener, partiendo de la supuesta base de que el mundo gira alrededor de mi egoísmo y que todo tiene que estar adaptado a mí, a mis necesidades, a mis gustos.
Sé que cuando unos ganan, otros pierden y, suponiendo que yo ganase y que mi horario se convirtiese en ley universal, la historia desaparecería, tendría informática, más horas de filosofía, más de arte y alguna de cocina porque, en un arrebato de responsabilidad, debo decir que me parece más útil, necesario y educativo que saberse la biografía de Napoleón que, como buena estudiante, he tenido que aprender cada año porque ya se sabe: la mierda se olvida.
Y no me malinterpretéis, no quiero decir que no tengamos que tener ni puta idea de nada, que debamos ser incultos pero al menos felices. Sólo manifiesto mi opinión en contra de esos "no es que esté mal, es que no es lo que te he pedido". No somos máquinas. El aprendizaje debería ser casi inconsciente y no forzado. Porque no recuerdo dónde ni cuándo, pero sé que, casi sin querer, un día aprendí leyendo: "deberían enseñarnos cómo pensar y no qué pensar" y no pude estar más de acuerdo.
No es tanto sobre qué clases se dan sino cómo se imparten. Asumo que yo también soy cómplice de este sistema educativo que nos ralentiza el pensamiento, que a veces nos quita tiempo más que hacernos ganarlo. El cambio está en cada uno de nosotros y es tan complicado y tan fácil como levantar la mano y aportar, mostrar la actitud que el mundo necesita para funcionar de la manera que en el fondo todos querríamos que funcionara. Compartir opiniones, debatir, aprender y no acumular conceptos, fechas, teorías.
Despierta, despierta el interés de tus alumnos y explota sus aptitudes, porque todo el mundo tiene algo que merece la pena, todo el mundo tiene algo que quiere aprender, algo que mejorar y algo que enseñarnos al resto.
Si yo fuese profesora de inglés, todos los lunes a primera hora de la mañana aparecería con un vídeo de Sabiduría Subtitulada para que abrierais los ojos que vinieron cerrados de casa, para empezar la semana con ganas, para impulsar todas esas brillantes ideas que residen en nuestras cabezas a conocer el mundo exterior. Repetiríamos sus frases, traduciríamos, comprenderíamos, añadiríamos vocabulario e intercambiaríamos opiniones en este hermoso idioma extranjero.
Qué fácil es ver la vida sin treinta años de experiencia en la materia, sin treinta años dando la misma puta materia a las mismas caras aburridas y somnolientas de siempre. Porque ya se sabe que un profesor empieza con ganas y acaba pensando sólo en la jubilación, al igual que tú sólo piensas en el timbre.