Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

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domingo, 25 de octubre de 2015

Santiago de Compostela.

La felicidad es el estado mental positivo que permanece cuando, a solas y libre de distracciones, te enfrentas a tu conciencia. Mi voluntad está sometida al morbo que me produce pensar "y si no, ¿qué? ¿Cómo acabará esto?" Soy yo frente a las consecuencias, cara a cara, sin intermediarios, sin padres, sin frenos, sin más guía que mi cabeza cansada de no sé qué y con otras necesidades que no son nutrirse de conocimientos que siento que en esta etapa no puedo llegar a interiorizar.
Santiago es salir un miércoles, escuchar la lluvia chocar contra el techo de nuestro patio, tomar café en los largos descansos de la facultad. Es darle una calada a un porro por exceso de sangría y escucharles decir“te olvidas de los problemas, problemas, cualquier problema”.. . Es Rúa Nova, Rúa Vella, la Plaza Roja. Que los jueves de madrugada no se quepa en el centro. Saber que pinta, mantener ebrios una conversación atípica y semiprofunda porque decir profunda impresiona. Rememorar un jueves lluvioso al mediodía lo que pasó el jueves anterior. Desear autocontrol pero ser consciente de que no es tu verdadero deseo. Intentar ser responsable y que la tentación lo cubra todo. Vuelvo. ¿Pintas? Yo no, pero te escucho. I can’t paint… Pero todo está manchado.
Delirium es una canción de Recycled J pero parece mía, como la Sala Capitol con esos raperos llenándola, mía... La sentía mía.

Ven Van Damme y dame la responsabilidad suficiente para no apagar el despertador y volver a quedarme dormida.
(Simplemente, aprende que si no lo haces tú, nadie lo hará por ti más de una vez).
Santiago es superpoblación de estudiantes, turistas y lluvia.
Es cultura y vida nocturna. Es mía. La siento mía.

Quiero hacer grandes cosas y estoy trabajando en ello, eso sí: a la velocidad a la que como, muy, muy lento...  Mientras me imagino los ojos que quiero a escasos centímetros, llega el final del día y voy cerrando los míos, recordando por lo que voy pasando, dejando una miga de pan cada día, una hoja de papel en el suelo que sólo existe en mi cabeza y en mi habitación.
Eso de "Nunca te acostarás sin haber aprendido algo nuevo" nunca ha tenido tanto sentido. Estoy viviendo lo mejor de mí.